La elaboración del proyecto para el nuevo estadio fue encargada al arquitecto y socio del club Francisco Almenar Quinzá (que años más tarde sería Presidente) y las obras de construcción fueron adjudicadas al también socio Ramón Ferrer Aguilar. Los primeros años tras su fundación en 1919, el Valencia FC entrenó y disputó sus encuentros en el desaparecido Campo de Algirós (Camp d’Algirós en valenciano).