El resto de las reglas son prácticamente iguales a las del fútbol tradicional, con algunas diferencias, como la falta del fuera de juego y el uso de los pies para efectuar los saques de banda. Al llegar a los penales, luego de los 120 minutos, le gana 4:2 con grandes atajadas de Sergio Romero a Ron Vlaar y Wesley Sneijder, llevando a la Argentina a la final ante Alemania en el Estadio Maracaná, como en las otras ocasiones de 1986 y 1990. De hecho, la Argentina confrontó en las dos veces que ganó un mundial a Holanda (1978) y a Alemania (1986), y por lo que este dato daba esperanzas de que llegarían a alzar por tercera vez la Copa Mundial.